Una cubierta siempre tiene una historia oculta, una vida secreta o, al menos, una madeja de la que tirar. La cubierta de Página en construcción se localiza en Colonia del Sacramento (Uruguay), algo semejante a un paraíso a tiro de piedra del obelisco por antonomasia. A Colonia del Sacramento acuden en la tercera edad los bonaerenses que pueden permitirse el lujo de una jubilosa jubilación, y en la ultravida —por riguroso orden jerárquico, empezando por Corrientes— todos los demás habitantes de la bulliciosa cosmópolis. Como decía, Colonia del Sacramento es lo más parecido a un paraíso austral, con locales de parrilla, lugareños estoicos y turistas sentenciados a los rigores peripatéticos y a las expansiones verbales del city tour. La foto no le hace justicia: en Colonia del Sacramento hay más que muros y grafitis, aunque también hay muros y grafitis. Colonia del Sacramento es una ciudad de cuento de hadas sin final feliz, una Brujas reflejada en las aguas turbias del hemisferio sur, un pulmón artificial diseñado para una clase media en peligro de extinción. Por eso —y porque sale en una novela de Martín Kohan— me gusta Colonia del Sacramento. Aunque, llegado al arrabal de senectud, sueño con retirarme (por supuesto, sin pensión completa) a un lugar al lado de Benidorm al que hace tiempo que le tengo echado el ojo…
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