Acaba de publicarse, en una cuidadísima edición de la Editora Regional de Extremadura, la poesía completa de José Antonio Gabriel y Galán. Se titula Último naipe, y ha sido un placer ejercer de croupier literario del volumen. En sus páginas se incluyen los tres libros impresos en vida del autor, que no merecen la mala suerte de pasar inadvertidos. La apasionada impugnación cartesiana de Descartes mentía, el abordaje ideológico de Un país como éste no es el mío y la inmersión en el trasmundo visionario de Razón del sueño configuran las facetas de una obra redactada al margen de escuelas y tendencias. Pero no nos engañemos. Gabriel y Galán no fue un lobo estepario seducido por la solitaria vocación del náufrago, sino un escritor total que trató de reflejar su impronta en los diversos géneros por los que transitó con ejemplar desenvoltura: unas cuantas novelas de recuento generacional, un puñado de versos memorables y un diario que se enfrenta a la enfermedad y a la muerte sin miedo ni esperanza. Último naipe se completa con una amplia selección de textos inéditos y con unas palabras introductorias a cargo de Antonio Gamoneda. Las cartas ya están sobre la mesa. Hagan sus apuestas.
Último naipe
Hay veces en que un naipe descubierto al desgaire
conduce a la melancolía.
En la última carta siempre asoma la nada,
se percibe su larva,
se arrastra entre caballos macilentos,
gime al amanecer,
se recogen las pérdidas, el humo,
y un aroma de muerte pasea entre las mesas.
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