Proliferan en verano, como las medusas, los murciélagos, los
mosquitos y otros animales con poco prestigio y escaso pedigrí. No instilan su veneno
por propulsión a chorro ni clavan su aguijón sobre la dermis. Algunos son
portadores de la rabia, especialmente de cuatro a cinco de la tarde. En caso de
verse rodeado por uno o varios ejemplares de esta especie, debe evitar una
reacción histérica. No grite, no hiperventile y siga atentamente las instrucciones
que ofrecemos a continuación: 1) Seleccione algún aparato provisto de cable que
se encuentre a su alcance (televisión, dvd, tostadora, microondas), 2)
enchúfelo a una toma eléctrica, 3) póngalo en manos del corpúsculo y 4) espere.
Si, a pesar de ello, no consigue que el corpúsculo disfrute de una siesta
reparadora, pruebe a remojarlo. A tal efecto pueden serle de ayuda los
siguientes elementos (de menor a mayor tamaño): 1) grifo, 2) pistola de agua,
3) manguera, 4) piscina, 5) piscina olímpica, 6) mar, 7) mar abierto y 8)
océano. En caso de corpúsculo ya previamente remojado, renuente o con hidrofobia,
llévelo al cine (asesórese previamente acerca de los estrenos, y no olvide comprarle
palomitas). Cuando el corpúsculo empiece a dar muestras de cansancio, no haga
nada todavía. Es sabido que aprovechan cualquier distracción para manipular
mentes y objetos. Actúe solo cuando los síntomas de somnolencia sean
insoslayables. Entonces ha llegado la hora definitiva: alimente al corpúsculo.
Entre las opciones gastronómicas más recurrentes se hallan: 1) bocadillo de
mortadela, 2) bocadillo de tortilla, 3) bocadillo de salchichón, 4) bocadillo
de atún, 5) calamares a la romana (solo recomendable para corpúsculos
excéntricos o atrevidos) y 6) pizza cuatro quesos (para corpúsculos con ínfulas
de gourmet). Recuerde que un batido de chocolate puede ayudarle a decorar
imaginativamente el entorno según las prescripciones del feng shui más estricto.
Ahora ya puede intentar dormir al corpúsculo delante de la televisión o en la
cama. Lamentablemente, para este arte (que no techné) no existen instrucciones
precisas, pues la efectividad de los métodos varía según la edad, los hábitos y
el grado de docilidad del corpúsculo. En general, suele ser tarea fatigosa,
tirando a ardua. Así que ya sabe. Si se topa con un cuerpo pequeño que lleve un
Benzemá o un Messi impreso en el dorsal de la camiseta, ataviado con gorra de
aviador y pala de playa, es más que probable que esté delante de un corpúsculo.
Respire hondo y póngase manos a la obra.
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