miércoles, 5 de agosto de 2015

Estos libros son para el verano (dos propuestas)



Mircea Cărtărescu, El Levante, Madrid, Impedimenta, 2015. Trad. de Marian Ochoa de Eribe. Pról. de Carlos Pardo.



¿Por qué? Porque El Levante es una parodia infinita, un canto épico al melting pot del siglo XIX y un viaje por Europa salpicado de gozosos anacronismos. Porque un largo poema se convierte en una narración trepidante. Porque una narración breve se transforma en un mosaico poético. Porque El Levante defiende el poder subversivo de la fantasía en los tiempos del comunismo real. Porque se trata de una novela bizantina con piratas románticos, hermosas moriscas y un autor desdoblado en personaje. Porque hay un vuelo en zepelín. Porque todos somos rebeldes en Valaquia. Porque el autor de El Levante es Cide Hamete. Porque El Levante no se acaba nunca. Porque El Levante empieza donde terminan Beckett y Joyce. Porque hay que leer a Mircea Cărtărescu.





Andrés Neuman, El que espera, Madrid, Páginas de Espuma, 2015.



¿Por qué? Porque estos relatos hacen que lo insólito parezca plácidamente anodino y lo anodino perfectamente insólito. Porque la cortesía del cuentista es el sentido del humor. Porque less is more. Porque esta edición, a la vez aliviada y aumentada, nos permite acercarnos con nuevos ojos a un libro que es otro aunque siga siendo el mismo. Porque hay un aforista y un poeta emboscados tras cada adjetivo. Porque el narrador nunca se concede el capricho de la omnisciencia. Porque nos encontramos con suicidas ejemplares, placebos y venenos, amores letales, sujetos pacientes y agentes obsesivos. Porque el cuento “es el género que mejor sabe guardar un secreto”. Porque hacen un cameo Gustave Eiffel y Jorge Luis Borges. Porque hay que leer a Andrés Neuman.



Publicado en el suplemento “Arte y Letras” del diario Información, el 30 de julio de 2015

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