En La Guerra de Invierno, Ariadna G. García
(Madrid, 1977) entrega el testimonio de un viaje a Finlandia, decorado real y
trasunto metafórico de la Europa que surgió del frío. Dividido en tres partes y
un epílogo, este libro condensa la identidad de un país y las huellas
dactilares de la autora. En el primer apartado, los paisajes portuarios, los
senderos remotos y los límites del idioma ofrecen una postal de la
incertidumbre. Sin embargo, lejos de la pincelada costumbrista que glosa el
nomadismo de los “españoles por el mundo”, aquí se aprecia la convergencia
entre la memoria colectiva y el arrastre de la intimidad. No en vano, el relato
amoroso esbozado en estas páginas se presenta como un mapa elocuente donde la “mirada
es enigma, / una interrogación / que abre fronteras”. En la segunda sección, la
densidad del poema en prosa sirve de soporte a un tapiz coral en el que los
héroes y los traidores del pasado exponen su versión de la historia. Mientras
que ‘La exploración (1883)’ avanza hasta el cinturón helado de Groenlandia, las
distintas viñetas de ‘La Guerra de Invierno (1939-1940)’ rememoran la invasión
de Finlandia por parte de la Unión Soviética, en los albores de la Segunda
Guerra Mundial. Las proezas del francotirador Simo Häyha, el monólogo del
patinador Birger Wasenius y las secuencias de combate reflejan una crudeza no
exenta de lirismo. Los cadáveres flotantes, que emergen a la superficie para
mostrar “los horrores de la guerra”, entroncan con una poderosa imagen
contenida en el Kaputt de Curzio
Malaparte: la de los caballos hundidos en el Ladoga y cristalizados en su
galope furioso. Finalmente, la tercera parte acoge la intemperie solidaria de
dos amantes en el Círculo Polar. Ya cerca del regreso, los últimos textos se
conciben como copos de sentido o haikus boreales sobre la relatividad de la
existencia: “El espejo glaciar se ha derretido. / A lejos redobla / la intensa
partitura de las aguas”. La conciencia compositiva, la riqueza de matices y la
diversidad de registros de La Guerra de
Invierno confirman a Ariadna G. García como una voz destacada en el
panorama de la poesía española reciente.
Publicado en el suplemento "Babelia" del diario El País, el 3 de agosto de 2013
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