viernes, 10 de junio de 2011

Reciente y molón

Álvaro Tato lo dijo a propósito de otra cosa, pero es una acertada síntesis del ambiente cordial que se respira en Tipos infames (http://www.tiposinfames.com/), un lugar iluminado por tragaluces, buenos vinos y mejor compañía. Anteayer pude comprobarlo en carne propia. Y como del in vino veritas al memento mori hay un puente movedizo y secreto, he estado releyendo “Ghat”, incluido en el último caleidoscopio poético de Álvaro Tato: Gira (Madrid, Hiperión, 2011, Premio Internacional de Poesía “Miguel Hernández-Comunidad Valenciana”). Al hilo de sus versos, he recordado la densidad casi sólida del Ganges, ese río anti-heraclitiano en el que nadie puede bañarse dos veces, porque una sola es suficiente para escuchar al oído las trompetas del Apocalipsis. Si Manrique sabía que nuestras vidas terminaban zozobrando en algún mar tempestuoso, Álavo Tato intuye que vamos a dar a cierto afluente del Ganges. Y yo lo suscribo.



Ghat

Parece que estás quieto
pero pasas rodando.

Parece que vas lejos
pero aquí estás.

Parece que hay un rumbo,
que alguien te guía
y que acarreas algo.

Mira este río.

3 comentarios:

  1. Querido Luis, magnífico texto, y estupenda la descripción del Ganges. Me ha hecho recordar un libro juvenil que leí hace veinticinco años, más o menos, titulado "Ganesh", en la que el Ganges era fundamental, toda una presencia densa por tangible. Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. "Avanzan hacia el Ganges o el Ganges avanza hacia ellos:/ quién se mueve, qué se queda quieto/ y cómo saberlo, para qué saberlo, hacia dónde saberlo." (J. Aguado, La astucia del vacío). Gracias, Luis, gracias, Joaquín. ¡Namasté!

    ResponderEliminar
  3. Todos los ríos son hilos, aún sin entramado.
    Discurren nuestros ojos en viéndolos pasar para perderse.

    (¿Tú sabes en qué consiste el problemazo éste de no verse los seguidores? Si pudieras informarme, te agradecería

    ResponderEliminar